Ya vimos en la entrada anterior de que se trataba el purgatorio, ahora veremos como nos relacionamos con esas almas.
Quien este en el purgatorio solo le queda pagar lo que debe soportando el purgatorio, sean horas, días, años o milenios, la cuenta se tiene que saldar. Un alma en el purgatorio puede rezar y pedir a Dios, pero no puede pedir por si misma, la justicia de Dios es inexorable en este tema, el tiempo de pedir por si mismo se terminó al morir.
Pero aún tienen una esperanza, supongamos que estás hasta las manos con una deuda, el día que vas a ver como arreglarla te encontras que te dicen que no hay problemas que la deuda la pagó un amigo tuyo. Lo mismo pasa en este caso, alguien todavía vivo puede hacerse cargo de la deuda con lo cual el tiempo en el purgatorio sería más corto o se liberaría directamente de él.
Uno podría por ejemplo, en nombre del muerto devolver el dinero que robo, por ejemplo. María Simma tenía esa misión de satisfacer las deudas o comunicarles a los que podían hacerlo. Pero para eso hay que conocer muy bien las andanzas del muerto o que te lo comunique directamente como a María Simma, por lo que es un caso muy raro. Pero si alguna vez se les aparece un familiar pidiéndoles que hagan algo por él por una reparación de algo malo que hizo en vida, háganle caso.
La otra manera es rezar por ellos, ellos no pueden rezar para si mismos pero eso no impide que nosotros no podamos rezar por ellos, si bien el acortar su pena no sea por rezar (que podría ser según lo que tenga que reparar) si les produce una disminución del sufrimiento. Como diría San Agustín un muerto más que una flor necesita una oración.
De hecho y hablando de rezar, ellos no pueden rezar para si mismos, pero pueden hacerlo por nosotros, pues no dejan de pertenecer a la Iglesia y por lo tanto de poder ayudarnos los unos a los otros con la oración, si bien no tiene tanto mérito como la de un Santo en presencia de Dios, Dios no deja de escucharlos. El padre Pio cuenta una anécdota de un alma que se le presentó para que le explique y le enseñe a rezar pues quería hacerlo por sus familiares.
A cada alma en el purgatorio se le muestra quien es el que le otorga la ayuda con lo que esta gana un gran afecto por ella y procura ayudarla en agradecimiento en lo que pueda, sobre todo rezando a Dios y con más efectividad cuando terminado el purgatorio ya lo tiene cara a cara.
Por las diferentes experiencias de distintos Santos, la oración más poderosa es la misa que debe dedicársela al difunto, de hecho acorta la estancia en el purgatorio, una de las acciones más bellas es comulgar en nombre de un difunto.
La otra manera de aliviar y acortar la estancia en el purgatorio es sufrir por el alma, o sea hacer para uno parte del sufrimiento que debe purgar, ya sea voluntario o involuntario el sufrimiento debe ofrecerse. Me refiero a voluntario por ejemplo el ayuno, me refiero a involuntario por ejemplo un accidente: nos doblamos un pie y mientras se recupera nos duele. También esto mismo se puede ofrecer por otra persona para que salga de la droga por ejemplo. Pero en este caso estamos hablando del purgatorio.
También queda un ejercicio más y son las indulgencias que da la Iglesia para acortar o quitar del todo las penas del Purgatorio, estas indulgencias se dividen en parciales o plenarias, las parciales son más "fáciles" de obtener y liberan al alma de x cantidad de tiempo, normalmente días, de pasar en el purgatorio, la plenaria vendría a ser como un indulto total, libera de todo el tiempo pero hay que cumplir todos los requisitos, sino se cumplen pasa a ser parcial.
Las indulgencias pueden ser aplicadas a vivos y a muertos, en el caso de los vivos solo pueden ser ganadas por el beneficiario, en el caso de los muertos cualquiera puede ganarlas en nombre de ellos, pero de a uno a la vez.
Si uno quiere ganar una indulgencia (o sufrir o rezar) pero no tiene a algún difunto en especial le puede dejar a Dios que elija Él a quien se la aplica.
Las características y formas para obtener las indulgencias las voy a dejar para otro post, pero para los difuntos la fecha de todos los fieles difuntos (2 de noviembre) es un día que se puede ganar dicha indulgencia (solo para los muertos).
Hay un detalle más, el purgatorio esta lleno de niveles, los niveles más profundos, por lo que dicen los que han tenido comunicaciones y visiones no les llegan estas ayudas, es decir, las cosas muy graves no son indultadas y ni siquiera el alivio de una oración les llega. Pero aún si rezan por esas personas las oraciones no se pierden, Dios siempre las tendrá en cuenta para aplicarlas cuando convengan a quienes convenga.
Rezar y hacer obras por los difuntos es una de las obras de misericordia y tiene gran merito ante Dios pues socorres al desvalido que no puede ayudarse a si mismo. Te convierte en una pequeña imagen de Cristo que paga en su inocencia por el mal de otro por amor.
Y si empezas a sentir ruidos raros, que se mueven cosas, se abren las canillas, etc. puede ser un alma del purgatorio que te quiere llamar la atención para que reces por ella, probá a rezar y si todo se calma efectivamente lo era, si se pone más activa puede ser un demonio, pero eso lo dejo para otro post.
lunes, 21 de noviembre de 2016
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Que es el purgatorio
La palabra purgatorio no está en la biblia (como muchos otros conceptos o palabras) sin embargo su existencia deriva de la misma, es un nombre para expresar una situación o lugar especial.
Si uno muere en la gracia de Dios o poniendo un ejemplo extremo, se arrepiente a último momento de sus pecados, esa persona es salva y su destino es el cielo, si no lo hace y muere en pecado mortal va al infierno. Por lo que el destino de un hombre que muere solo puede ser o ir al infierno o ir al cielo.
Pero aca hay un problema de sentido común, si una persona mato, violó, robó y se arrepiente a ultimo momento (realmente y de corazón) tiene el mismo destino que una persona que vivió su vida para ayudar a los demás sacrificando incluso su propia existencia. La respuesta es sí, ambos tienen como recompensa el cielo.
Pero entonces adonde quedó eso de felices los que buscan la justicia porque serán saciados, no era que Dios era infinitamente justo.
La respuesta es otra vez si, Dios no puede dejar de ser justo, a pesar de que nos ama infinitamente, no puede dejar de hacer cumplir la justicia, y tanto es así que no nos pudo perdonar así como así, porque bien podría haber dicho arrepiéntanse y los perdono, no, tuvo que encarnarse y morir en la cruz siendo inocente para que la justicia sea satisfecha y luego sí arrepiéntanse y los perdono. Pero ese perdón es solo para las ofensas con Dios. Y nosotros no solo ofendemos a Dios.
Vas por la calle y alguien deja el celular apoyado en el asiento al lado de él, ves que está distraído y te lo llevas (lo hurtas), pasan unos días y te das cuenta que hiciste algo malo y te arrepientes ante Dios, pero en ves de devolver el celular lo sigues usando o lo regalas. Por más que te arrepientas si no reparas la falta esa deuda con tu hermano te queda. ¿Y la justicia de Dios que tiene que decir a esto?
Así que hace casi dos mil años miraron con detenimiento el pasaje del evangelio de Mateo 18, 21-35:
21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.
26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.
32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.
35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
En esta parábola el rey es Dios y la deuda que tenía este hombre de diez mil talentos era inconmensurable, un talento equivalía a 26,1 Kg de plata por el contrario el compañero solo le debía 100 denarios que era una cantidad muy manejable para la época algo así como el sueldo de 100 días. Lo interesante de esto es el final, el rey (Dios) lo entrega al verdugo hasta que pagase todo lo que debía. Y fijense que no dice lo hecho al fuego eterno como cuando se refiere al infierno, ni dice que es para siempre. Hay un límite de tiempo en el cual tarde o temprano se terminará de pagar la deuda aunque no será de manera placentera pues hay un verdugo.
El otro detalle es que no habla de las ofensas a Dios sino de las ofensas a los hombres, el pago de la ofensa a Dios lo pagó Cristo en la Cruz pero el no pagó las ofensas que nos hagamos entre nosotros de eso nos tenemos que encargar nosotros mismo y una de las maneras esta descrita aquí, si perdonas a los que te ofenden Dios no exigirá esa tan temida devolución.
¿Y habrá otros lugares que hablen de esto mismo? Si, si revisamos tenemos:
Lucas 12,58-59
58 Cuando
vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte
con él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al
alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.
59 Te digo que no saldrás de allí, hasta que hayas pagado aun la última blanca.
Este es más interesante, quizás puede decirse que a Jesús le interesa dar consejos de convivencia, pero teniendo en cuenta el anterior pasaje y a que escribir un evangelio costaba mucho dinero por lo que no iban a poner cosas que no fueran importantes, en realidad nos está advirtiendo que mientras estemos en esta vida, pues comparecer al magistrado es ir al juicio después de muerto, tratar de arreglar con nuestro hermano lo que le hicimos de mal, no sea que el juez no cobre hasta la última blanca (centavo) al meternos en la cárcel. Nuevamente no es para siempre sino hasta que se pague la deuda.
Entonces a lo que llamamos purgatorio se lo asemeja en la biblia a una cárcel donde se pagan las deudas contraídas en esta vida hacia nuestros hermanos. Algunos videntes a los que se les ha concedido ver el purgatorio han relatado por ejemplo que aquellos que cometieron adulterio están como fusionados en una sola masa unos con otros hasta que paguen el daño causado a sus esposos/as. Una mujer llamada María Simma que se comunicaba frecuentemente con dichas almas, una vez vio en un alma de un sacerdote que tenía la mano negra como quemada, cuando le pregunto dijo eso era por haberse negado a dar bendiciones (hizo un mal al negarles la bendición que le traería una mejora a la persona que la pedía y por lo tanto contrajo una deuda con dicha persona que tiene que pagar).
El purgatorio es en sí un lugar de mucho sufrimiento, pero no es ni comparable al infierno, alguien dijo una vez la diferencia entre el infierno y el purgatorio es que en el purgatorio se oyen voces dándole gracias a Dios y en el infierno insultándolo. Claro, porque del purgatorio se sale y limpio, las gracias se las dan a Dios por ser salvados por Él y no caer en el infierno.
El sufrimiento en el purgatorio también es distinto al del infierno, el del infierno es eterno y nada cambia, en el purgatorio es de purificación, es decir a medida que pasa el tiempo las deudas se van pagando y el alma va quedando cada vez más limpia, una vez que queda limpia, pasa a compartir el destino de todas las almas salvadas, que es el cielo.
Entonces a la pregunta original tanto el asesino que se arrepiente a último momento como el santo que pasó su vida haciendo el bien van al cielo, solo que el santo lo disfrutará mucho antes que el asesino ya que antes de entrar debe arreglar su asuntito que dejo en la tierra y así la justicia de Dios quedará satisfecha.
Una última cosa como curiosidad, un periodista después de escuchar los relatos de las almas del purgatorio de María Simma, le pregunto si ellos (las almas del purgatorio) no preferirían volver a la vida para arreglar los asuntos pendientes sin sufrir tanto. María Simma le contesto que se los había preguntado en alguna ocasión y ellos respondieron que a pesar del sufrimiento preferían el purgatorio ya que sea lo que sea que sufrieran ya estaban salvados, volver a la vida significaba volver a ponerse en riesgo de ir al infierno cuando murieran de nuevo.
Y por supuesto, la próxima vez que hagan un "Paga Dios" recuerden que igual lo van a tener que pagar en esta o en la otra vida.
Si uno muere en la gracia de Dios o poniendo un ejemplo extremo, se arrepiente a último momento de sus pecados, esa persona es salva y su destino es el cielo, si no lo hace y muere en pecado mortal va al infierno. Por lo que el destino de un hombre que muere solo puede ser o ir al infierno o ir al cielo.
Pero aca hay un problema de sentido común, si una persona mato, violó, robó y se arrepiente a ultimo momento (realmente y de corazón) tiene el mismo destino que una persona que vivió su vida para ayudar a los demás sacrificando incluso su propia existencia. La respuesta es sí, ambos tienen como recompensa el cielo.
Pero entonces adonde quedó eso de felices los que buscan la justicia porque serán saciados, no era que Dios era infinitamente justo.
La respuesta es otra vez si, Dios no puede dejar de ser justo, a pesar de que nos ama infinitamente, no puede dejar de hacer cumplir la justicia, y tanto es así que no nos pudo perdonar así como así, porque bien podría haber dicho arrepiéntanse y los perdono, no, tuvo que encarnarse y morir en la cruz siendo inocente para que la justicia sea satisfecha y luego sí arrepiéntanse y los perdono. Pero ese perdón es solo para las ofensas con Dios. Y nosotros no solo ofendemos a Dios.
Vas por la calle y alguien deja el celular apoyado en el asiento al lado de él, ves que está distraído y te lo llevas (lo hurtas), pasan unos días y te das cuenta que hiciste algo malo y te arrepientes ante Dios, pero en ves de devolver el celular lo sigues usando o lo regalas. Por más que te arrepientas si no reparas la falta esa deuda con tu hermano te queda. ¿Y la justicia de Dios que tiene que decir a esto?
Así que hace casi dos mil años miraron con detenimiento el pasaje del evangelio de Mateo 18, 21-35:
22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
Los dos deudores
23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.
26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.
32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.
35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
En esta parábola el rey es Dios y la deuda que tenía este hombre de diez mil talentos era inconmensurable, un talento equivalía a 26,1 Kg de plata por el contrario el compañero solo le debía 100 denarios que era una cantidad muy manejable para la época algo así como el sueldo de 100 días. Lo interesante de esto es el final, el rey (Dios) lo entrega al verdugo hasta que pagase todo lo que debía. Y fijense que no dice lo hecho al fuego eterno como cuando se refiere al infierno, ni dice que es para siempre. Hay un límite de tiempo en el cual tarde o temprano se terminará de pagar la deuda aunque no será de manera placentera pues hay un verdugo.
El otro detalle es que no habla de las ofensas a Dios sino de las ofensas a los hombres, el pago de la ofensa a Dios lo pagó Cristo en la Cruz pero el no pagó las ofensas que nos hagamos entre nosotros de eso nos tenemos que encargar nosotros mismo y una de las maneras esta descrita aquí, si perdonas a los que te ofenden Dios no exigirá esa tan temida devolución.
¿Y habrá otros lugares que hablen de esto mismo? Si, si revisamos tenemos:
Lucas 12,58-59
59 Te digo que no saldrás de allí, hasta que hayas pagado aun la última blanca.
Este es más interesante, quizás puede decirse que a Jesús le interesa dar consejos de convivencia, pero teniendo en cuenta el anterior pasaje y a que escribir un evangelio costaba mucho dinero por lo que no iban a poner cosas que no fueran importantes, en realidad nos está advirtiendo que mientras estemos en esta vida, pues comparecer al magistrado es ir al juicio después de muerto, tratar de arreglar con nuestro hermano lo que le hicimos de mal, no sea que el juez no cobre hasta la última blanca (centavo) al meternos en la cárcel. Nuevamente no es para siempre sino hasta que se pague la deuda.
Entonces a lo que llamamos purgatorio se lo asemeja en la biblia a una cárcel donde se pagan las deudas contraídas en esta vida hacia nuestros hermanos. Algunos videntes a los que se les ha concedido ver el purgatorio han relatado por ejemplo que aquellos que cometieron adulterio están como fusionados en una sola masa unos con otros hasta que paguen el daño causado a sus esposos/as. Una mujer llamada María Simma que se comunicaba frecuentemente con dichas almas, una vez vio en un alma de un sacerdote que tenía la mano negra como quemada, cuando le pregunto dijo eso era por haberse negado a dar bendiciones (hizo un mal al negarles la bendición que le traería una mejora a la persona que la pedía y por lo tanto contrajo una deuda con dicha persona que tiene que pagar).
El purgatorio es en sí un lugar de mucho sufrimiento, pero no es ni comparable al infierno, alguien dijo una vez la diferencia entre el infierno y el purgatorio es que en el purgatorio se oyen voces dándole gracias a Dios y en el infierno insultándolo. Claro, porque del purgatorio se sale y limpio, las gracias se las dan a Dios por ser salvados por Él y no caer en el infierno.
El sufrimiento en el purgatorio también es distinto al del infierno, el del infierno es eterno y nada cambia, en el purgatorio es de purificación, es decir a medida que pasa el tiempo las deudas se van pagando y el alma va quedando cada vez más limpia, una vez que queda limpia, pasa a compartir el destino de todas las almas salvadas, que es el cielo.
Entonces a la pregunta original tanto el asesino que se arrepiente a último momento como el santo que pasó su vida haciendo el bien van al cielo, solo que el santo lo disfrutará mucho antes que el asesino ya que antes de entrar debe arreglar su asuntito que dejo en la tierra y así la justicia de Dios quedará satisfecha.
Una última cosa como curiosidad, un periodista después de escuchar los relatos de las almas del purgatorio de María Simma, le pregunto si ellos (las almas del purgatorio) no preferirían volver a la vida para arreglar los asuntos pendientes sin sufrir tanto. María Simma le contesto que se los había preguntado en alguna ocasión y ellos respondieron que a pesar del sufrimiento preferían el purgatorio ya que sea lo que sea que sufrieran ya estaban salvados, volver a la vida significaba volver a ponerse en riesgo de ir al infierno cuando murieran de nuevo.
Y por supuesto, la próxima vez que hagan un "Paga Dios" recuerden que igual lo van a tener que pagar en esta o en la otra vida.
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