Hace un tiempo conocí a un muchacho bisexual que estaba en pareja con un hombre, el se dedicaba a salvar vidas de los niños por nacer, estaba tan comprometido que prefería renunciar a la ley de matrimonio igualitario con tal de que no haya ley de aborto. En particular cuando lo conocí había salvado dos vidas en forma puntual hablando con las respectivas madres. Es cristiano aunque no católico, y cuando en un grupo en internet sobre la lucha contra el aborto se develó su condición (la cual yo conocía desde hace tiempo) fue muy atacado por su condición ya que nadie sabía si estaba solo o acompañado, a pesar del trabajo que hacia y de las vidas que había salvado. Entonces tuve que salir a aclararles un poco las ideas a mis hermanos tolerantes de en que parte de la vereda estaban parados ellos.
La primera mentira de la ideología de genero y el loby LGTB es que ser gay se elije, como si un día te puedes levantar y decir hoy quiero ser mujer u hoy quiero ser hombre, y la verdad es que nadie elige ser homosexual, ni lesbiana, se es, porque no es algo que se eligió en la libertad sino que fue impuesto ya sea por malas experiencias en la infancia, las relaciones y sumado a diversos caracteres propios de la persona que combinados terminan dictando la tendencia sexual.
Entonces si no hay libertad para elegir no puede haber pecado. Son las acciones contra la pureza que si podemos elegir lo que es pecado. Tener relaciones hombre con hombre y mujer con mujer es pecado, tanto como tener relaciones fuera del matrimonio. En ambos casos una persona puede arrepentirse del pecado, reparar y hacer propósito de no pecar más confesándolo en el sacramento de la reconciliación, aunque más adelante pueda caer de nuevo como nos pasa a todos con cualquier pecado. Y es por ese motivo que un homosexual puede llevar una vida cristiana y más aún católica siempre que busque a Cristo en su vida, se convierta a Él y luche con su ayuda en contra del pecado perfeccionándose en la santidad. Y luego de sus idas y vueltas y de sus luchas ganadas y perdidas dará cuenta a Dios. Es por eso que el Papa Francisco dijo la celebre frase:
Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién
soy yo para juzgarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de
forma muy linda esto.
O sea, si es gay y se está esforzando por ser Santo, ¿Cómo lo podemos juzgar si nosotros estamos en la misma?
Y oración siguiente aclara:
El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby.
O sea, el problema es esparcir el mal por el mundo con toda la mala intención de hacerlo, es andar diciendo bueno a lo malo y malo a lo bueno.
Muchos católicos (y cristianos en general) heterosexuales también tienen que esforzarse por ser santos, y para ello tampoco pueden tener relaciones fuera del matrimonio, es decir, es pecado tener relaciones antes de casarse y es pecado tener relaciones estando casados con otra persona que no sea tu esposa o tu marido (según corresponda), si bien uno en la lucha contra el pecado puede caer varias veces, es cierto que puede levantarse de nuevo y proponerse no caer más, es parte de la lucha diaria, también requiere un esfuerzo enorme y gran renuncia, tan grande como la renuncia de una persona homosexual a tener relaciones sexuales. Lo que es capaz uno lo es capaz el otro y si con unos se tiene comprensión con el otro también se debe tenerla. Y en ambos casos se debe señalar el pecado para darles oportunidad de corregirse, lo que no significa condenar al pecador pues hasta el último suspiro de vida tiene oportunidad de arrepentirse.
Esta es la visión "oficial" de la iglesia Católica, lo que no significa que existan muchos católicos ignorantes de la misma los cuales juzguen por una condición y no por los actos, ellos mismos a su vez se juzgan también por su condición suponiéndose que por ser bautizados, ir a misa, y comulgar (si es que realmente hacen estas dos últimas cosas) ya están salvados cuando también es por sus actos que van a ser juzgados. Y como todo pecador que sabe que no es fácil salir del pecado deberían tener clemencia y comprensión de la situación del otro y hacer todo lo posible por ayudarlo principalmente rezando por él.
En conclusión, ser homosexual no significa que no puedes ser cristiano y en especial católico, mientras sigas el camino de Cristo aunque sea a los tropiezos como todo el mundo.
Así que volviendo al muchacho del que hable al principio, si bien convivir con un hombre lo hace estar en pecado, es esa misma acción y no ser bisexual u homosexual o gay o lesbiana o lo que sea. Lo mismo para un heterosexual, convivir con una mujer sin estar casado también es pecado, y no por ser heterosexual. Y así como Jesús dijo verán a las prostitutas entrar antes que ustedes al reino de los cielos, yo podría decir lo mismo por este muchacho, muchos de los que lo criticaron lo verán entrar antes que ellos al reino de los cielos, no porque haya convivido con un hombre sino porque buscó a Cristo y salvó vidas y si se arrepiente de ese pecado no hay ningún motivo para que Cristo no lo reciba a él. Las prostitutas que señala Jesús son las que se arrepintieron y cambiaron de vida gracias a su predicación.
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